Preparar unas oposiciones exige un compromiso importante, un elevado esfuerzo y sacrificar algunas cosas, al menos si queremos asegurarnos el éxito. Por todo ello, uno de los elementos fundamentales es estar plenamente convencido. O nos tiramos al agua o mejor no vamos a la piscina.
Es un dicho popular que el ser positivo atrae situaciones positivas y el sentimiento negativo, todo lo contrario. ¿En qué lado quieres posicionarte tú?
Las oposiciones, una vez que decides apostar por ellas, tienes que afrontarlas con optimismo y con el sentimiento arraigado y profundo de que vas a conseguir la plaza. ¡La plaza va a ser tuya!
No te digo que seas iluso, hay momentos duros, de confusión, momentos en que no encontrarás sentido a muchas cosas, pero en esos momentos, tienes que tener clara tu meta: ¡quieres conseguir tu plaza! ¡Quieres ser funcionario!
Apóyate cuando sobrevengan estas situaciones en las personas de tu entorno y los profesionales que pueden ayudarte. El estar convencido de que es lo que tú persigues y de que vas a conseguirlo es la pieza clave. Es el pilar que va a mantenerte firme en tu propósito.
Una vez que lo consigas tu vida va a cambiar, ahí está tu meta. Apóyate en quienes te van a ayudar a conseguir cambiar tu vida, a conseguir ser funcionario.
Antes de comenzar cada día recuerda tu meta y visualiza el camino que te va a ayudar a alcanzarla. Anota en primer lugar en un papel qué quieres ser, qué vas a conseguir, a donde vas a llegar. ¡Ese es el título del estudio de cada día!
Una vez que hayas puesto el encabezado, piensa en la organización de cada día; qué tema debes estudiar, qué tiempo tienes. Establece unos propósitos acordes con tu tiempo, con tus obligaciones y con la totalidad del temario. Saber organizar tu tiempo y tus estudios afianzará tu trabajo.
No comiences nada porque sí, tú quieres cambiar tu vida, tú quieres conseguir tu plaza. ¡Pues a por todas! Está en tus manos. Sabes lo que quieres, ahora solo queda… conseguirlo.
Fuente: Blog de cosas